El Cursillo está programado para vivirlo durante tres días, en inmersión total. En este encuentro, que es único e irrepetible, se proclama lo fundamental cristiano, de forma testimonial, cálida, alegre, jubilosa. Más que demostrar grandes verdades, evidencia vidas tocadas por la fuerza del Espíritu Santo. Con un estilo directo, cercano, presentado por testigos, no por maestros. La proclamación de lo fundamental cristiano es realizada por Sacerdotes y laicos, con su palabra y su vida.

Los Cursillos, generalmente, se programan para Damas, Caballeros y en algunas ciudades se realizan Mixtos.

El cursillo persigue una respuesta totalizante que abarque todas las circunstancias de la vida y se proyecta en la realidad concreta de la persona, en sus propios ambientes en una dimensión misionera.

El cursillo se vive en libertad y se plantea desde un absoluto respeto a la libertad de cada persona en todo momento, sin importar nada en absoluto, pero al mismo tiempo proponiendo con claridad y respeto la verdad y la salvación que ofrece Jesucristo.